- Dr. Carlos Cohen C.
Compasión y Amor
De acuerdo con la enseñanza, para forjar el espíritu de sus aprendices, el maestro debe hacerles pruebas continuas de temple para verificar su nivel de control de ego falso y de humildad. Esa es la parte que menos se comprende, debido, precisamente, a que la persona siempre lo olvida y por lo general cae en la arrogancia. A veces, los maestros han tenido que pagar con su propia vida por llevar a cabo tal encomienda, al tratar de ayudar a los aspirantes del verdadero entrenamiento. En general, el maestro es incomprendido, debido a que es un ser que ve y enseña una dimensión diferente: la dimensión de la comprensión y el amor. El verdadero maestro guía a las personas que lo buscan hacia el amor por Dios pero sólo enseña a aquellas personas que desean con intenso fervor sumergirse en el estado de la compasión y del amor verdadero. Esto no es nada fácil y una gran cantidad de personas renuncian sin lograr dicho objetivo o ni siquiera son capaces de reunir la energía interior necesaria para tal esfuerzo. Este tipo de personas piensa que no pasa nada si renuncian, y, tristemente, no se dan cuenta de que el único objeto de la vida es forjar su espíritu. De esta manera desperdician su corto lapso de vida en intereses mundanos económicos, familiares o sociales. A este tipo de personas les falta mucho desarrollo como seres humanos y a algunas ni siquiera les interesa dicho desarrollo, sin embargo, eso no significa que vivan en comodidad como ellas se imaginan y pregonan; en realidad viven en gran dolor y sufrimiento como lo demuestran las enfermedades, el envejecimiento y la muerte que todos sufrimos para seguir purificando nuestra esencia y volvernos más humildes. Se puede tratar de evadir esta enseñanza y pensar que se tiene la razón tratando de vivir una vida "cómoda" sin intentar forjar el espíritu, pero lo cierto es que esa forma de vida, es una vida de fracaso y hedonismo que desperdicia y desobedece los mandatos del Supremo, convirtiéndose así en seres opacos, víctimas de su propia conducta y naturaleza egoísta y atea. El único objeto de la vida es forjar el espíritu, y si no se hace o se hace en la medida de lo que se cree lo correcto sin someterse a la guía del saber profundo, se tendrá que seguir en el dolor y sufrimiento del fuego purificante durante muchas, muchas vidas más de la propia existencia. El único objeto de la existencia es forjar el espiritu. Piénselo porque éste es el legado de los verdaderos maestros que siguen al Maestro de Maestros: Conducir el alma hacia la dimensión de la comprensión y el amor.
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